Llegué al consultorio de la Dra. Santos Pujols con muchas expectativas, pero lamentablemente salí con una gran decepción. La experiencia fue muy insatisfactoria desde el inicio. Sentí que no se me escuchó con atención, las explicaciones fueron confusas y el trato, distante. Desde el primer momento, la doctora no mostró interés genuino en comprender mi situación. Parecía tener una idea predeterminada sobre mi condición médica sin revisar a fondo mi historial clínico. Cuestionó repetidamente mis tratamientos anteriores y actuales, con una actitud que me hizo sentir responsable por ellos. A lo largo de la consulta, predominó una postura inflexible, contradictoria e incongruente, más enfocada en demostrar su punto de vista que en establecer un diálogo. La falta de empatía fue evidente, y el ego profesional pareció estar por encima del bienestar del paciente. Por educación, permanecí hasta el final, pero fue una experiencia incómoda y frustrante. Me sentí desatendida, juzgada y completamente desconectada. Salí con más dudas que respuestas, y con la sensación de que perdí mi tiempo y dinero. Comparto esta experiencia con la esperanza de que se tomen en cuenta estas observaciones y que otros pacientes no tengan que pasar por lo mismo.